
“TODO ESFUERZO TIENE SU FRUTO TARDE O TEMPRANO”
Autor: Lic. Claudia Bazán - Publicado: 29 de Diciembre de 2025
En el tramo final de la carrera para convertirse en Ingeniero en Energías Renovables, Lucas Ponzio decidió postularse —por tercera vez— a convocatorias que ofrecían la posibilidad de realizar un intercambio académico. Con la ilusión de cumplir aquellos sueños que lo acompañaban desde chico, finalmente la oportunidad llegó y lo llevó hasta la Universidad Estatal de Santa Cruz (UESC) en Ilhéus, Bahia, Brasil. Allí, cinco meses fueron suficientes para transformar su mirada sobre la profesión y, también, sobre la vida.
Llegar a un nuevo país implica enfrentarse a distintos desafíos —el idioma, un sistema académico diferente, entre otros—, pero todos aquellos quedaron en segundo plano frente a todo lo que esta experiencia le dejó. “Hice muchísimos amigos, conocí muchos lugares hermosos y descubrí de lo que soy capaz. Mis compañeros de intercambio se convirtieron en mi familia, al igual que la familia que me recibió en la ciudad”, sostiene.
A nivel académico, la UESC le permitió fortalecer su formación a través de materias que no se están presentes en el plan de estudios de la UNRC y adquirir nuevas competencias que le otorgan mayor ventaja competitiva en el ámbito laboral. “Me abrió la cabeza, pude ver hasta dónde puedo llegar. Más de una noche me quedé pensando cuáles son mis próximas metas, desafíos y límites, y eso creo que es lo más valioso de este intercambio”.
Durante su estadía en Brasil, Lucas fue notificado de uno de sus mayores logros académicos: su inclusión en la nómina de abanderados. Más que un reconocimiento a su rendimiento, significó para él una muestra de que todo esfuerzo tiene su recompensa. “Sin dudas me dio vuelta la cabeza, me llenó de orgullo y energía. Comenzaba los días con más ganas e intentaba siempre dejar lo mejor de mí en todas las clases; fue como un impulso que me decía que lo que estaba haciendo era lo correcto”, recuerda.
Aunque el paisaje, las personas y el nuevo mundo que se abrió frente a sus ojos conquistaron su corazón, uno de los mayores aprendizajes que se llevó fue el valorar su país: “El cambio de cultura que experimenté me permitió valorar más la cultura en la que vivo. Me gusta mucho mi cultura, y experimentar otra me hizo darme cuenta de lo valioso que es ser argentino. La cultura de allá me encantó, pero no puedo explicar lo enamorado que estoy de la Argentina”.
Resumir su experiencia en una sola palabra no alcanzaría para describir todo lo que este viaje significó, pero sí puede hacerlo en una frase que hoy lo acompaña: “Si las cosas no funcionan, frená, mirá, pensá y volvé a intentar: todo esfuerzo tiene su fruto tarde o temprano, y cuando llegue, vivilo como si fuera el último”, concluye Lucas.